Cuando la institución MADRE se
deslinda… el relato cae
La Circular que los desenmascara: 1995, la ruptura que
negaron
Hay verdades
que durante años fueron perseguidas como herejía.
Y hay mentiras que se sostienen con una sola herramienta: silencio.
Pero el
silencio tiene una grieta.
Y esa grieta se llama documento.
Porque esta
vez no es “un rumor”, no es “un resentido”, no es “un enemigo del camino”. Esta
vez habla una institución oficial. Habla con membrete, con sello, con
firma y con la frialdad de quien sabe que lo que viene, si no se corta a
tiempo, arrastra a todos.
En
Venezuela, la Iglesia Gnóstica Cristiana Universal emitió una Circular
Aclaratoria para decir lo que, por debajo, muchos ya intuían: que existe
una comunidad con nombre casi idéntico —“Santa Iglesia Gnóstica Cristiana
Universal Samael Aun Weor”— y que NO tiene relación alguna con la
institución oficial.
No es una
frase bonita.
Es un portazo.
Es un “no me arrastren”.
Es un “no usen mi nombre”.
Es un “no hablen por mí”.
Y cuando la
institución MADRE se deslinda, lo que cae no es un argumento.
Cae el relato.
1995: la fecha que rompe el hechizo
Durante
años, en este mundo, se dijo que “no había divisiones”.
Que todo era unidad.
Que todo era pureza.
Que todo era continuidad.
Pero la
circular deja asentado un dato que no se puede maquillar: 1995.
En el texto
se indica que en ese año ocurrió la separación; que alguien dejó de ser parte,
y que luego fundó una estructura paralela. Y no es un detalle de archivo: es la
clase de fecha que parte una historia en dos.
Porque 1995
no es un año:
es el punto donde se eligió poder en lugar de verdad.
es el momento en que se partió el tronco para quedarse con la sombra.
es la primera grieta de lo que hoy muchos viven como persecución, prohibición y
miedo.
Y acá duele
decirlo: lo que se negaba con gritos hoy aparece escrito con tinta
institucional.
Capitán Mora vs. Juan Capasso: no fue “espiritual”,
fue dominio
En nuestras
investigaciones y en esta serie de artículos lo dijimos sin maquillaje: las
divisiones no nacen de “revelaciones”. Nacen de ambición.
Por eso,
para narrar con claridad lo que tantas veces se disfraza, usamos nombres que
representan funciones dentro del drama: Capitán Mora y Juan Capasso.
La circular
no escribe esos nombres, pero confirma el mecanismo que los hizo posibles:
cuando una estructura se separa y crea otra con nombre parecido, lo que busca
no es “camino”. Busca trono.
Porque en
estas historias, el poder no siempre se anuncia con armas. A veces se anuncia
con símbolos. Con títulos. Con “autorizaciones”. Con “prohibiciones”. Con el
derecho inventado de decirle a alguien: “vos sí pertenecés” o “vos ya no
existís”.
La sed de
poder tiene una forma muy particular:
necesita una marca y necesita un pueblo.
Y cuando el
pueblo empieza a dudar, se inventa el castigo:
difamar al que pregunta, expulsar al que ve, prohibir al que escucha.
La estrategia más vieja del mundo: un nombre casi igual
para parecer lo mismo
En la
circular aparece un detalle que es venenoso por lo que implica: se habla de un
nombre “de objeto social similar”. Traducido: una denominación casi idéntica.
Y ese “casi”
es el truco.
Porque
cuando se usa un nombre casi igual, la confusión se vuelve herramienta.
La gente cree estar en una cosa y termina en otra.
Cree estar bajo una institución y queda bajo un grupo.
Cree estar bajo un linaje, y queda bajo una ambición.
Esa es la
mecánica del engaño: no te roban la fe de golpe; te roban el marco, la
pertenencia, la legitimidad. Te roban el derecho a distinguir.
Y cuando la
confusión se vuelve peligrosa, la institución madre hace lo único que puede
hacer si quiere sobrevivir:
se deslinda.
Lo más fuerte no es lo que dice: es por qué lo dice
ahora
La circular
también menciona que hay audios, videos, mensajes circulando donde se reflejan
conflictos internos de esa comunidad paralela. Y entonces deja el mensaje
brutal: esos materiales no son nuestros, no somos parte, no
nos involucren.
Ese “no nos
involucren” no se escribe si todo está tranquilo.
No se escribe si el río es manso.
No se escribe si no hay fuego.
Se escribe
cuando la institución huele humo.
Cuando siente que el escándalo puede volverse contagio.
Cuando entiende que, si no corta hoy, mañana le pedirán cuentas por lo que no
controla.
Este
comunicado no es neutral.
Es un acto de supervivencia.
Y si se suma
a lo que ya venimos relatando —gente retirándose, voces anónimas denunciando,
testimonios públicos, acusaciones que se mencionan en ámbitos formales—
entonces la lectura es inevitable:
algo se está
rompiendo de verdad.
JK y la verdad que quisieron enterrar
Hay un video
que circula en redes en este momento. Un video donde JK —según tu relato y
según lo que muchos comparten— dice exactamente lo mismo: que hubo ruptura, que
hubo poder, que hubo silencio, que hubo persecución.
Y acá hay
una frase que resume todo el drama:
Cuando JK
habló, lo persiguieron.
Cuando el documento habló, ya no pudieron callarlo.
Porque el
sistema siempre funciona igual:
primero se castiga al mensajero,
después se manipula el mensaje,
y recién cuando el papel aparece, cuando el sello cae como piedra, cuando la
firma pesa como sentencia institucional, ahí se quedan sin aire.
El golpe final: cuando la madre se despega, los
“hijos” quedan solos
Que nadie se
confunda: esto no es “pelea de egos”.
Esto no es “diferencia de estilos”.
Esto no es “chusmerío espiritual”.
Esto es un
hecho social: una institución oficial sale a decir que no tiene relación con
una estructura paralela. Y al hacerlo, deja expuesto el mecanismo por el cual
tantas personas fueron atrapadas: nombre similar, autoridad reclamada,
obediencia exigida, disidencia castigada.
La circular
incluso habla de espacios, cesiones, uso de bienes, y del desconocimiento del
manejo actual por sucesores. Y eso vuelve todo todavía más real: no hablamos
sólo de ideas, hablamos de territorio, de administración, de control. De lo que
nadie quiere nombrar porque enciende la palabra que más temen:
responsabilidad.
Cierre: el pueblo no es propiedad de nadie
La
espiritualidad no puede ser un escudo para la impunidad moral.
La fe no puede ser una jaula.
La tradición no puede ser una excusa para la obediencia ciega.
Y si una
institución “madre” tuvo que salir a decir “no somos ellos”, es porque el daño
ya estaba avanzando.
El relato
cae cuando se escribe la verdad.
Y hoy esa verdad tiene una fecha: 1995.
A partir de
ahora, la pregunta no es si hubo división.
La pregunta es otra, mucho más incómoda:
¿Cuántas
cosas más se dividieron en silencio?
¿La gente?
¿Los bienes?
¿La verdad?
¿La conciencia?
Porque la
conciencia no se firma.
No se hereda.
No se administra.
Y no se entrega en cesión.
La
conciencia es libre.
Y cuando una institución madre se deslinda…
es porque ya no quiere cargar con la sombra de los que eligieron poder.
Y por si fuera poco aparece Oscar Uzcátegui a ganar seguidores y a decir la verdad sobre la iglesia saw ,pero miente sobre la iglesia gnóstica cristiana universal , ya le vamos a dedicar una entrada a este señor que hizo de las suyas en Europa y por el se creo el grupo qué ataca indiscrimadamente a todos los gnósticos, la gnosis develada porque humillo a misioneros de su propia institución.
A VER UZCATEGUI SI ACEPTAS AL AVATARA COMPLETAMENTE YA QUE NO ACEPTAS NI LA IGLESIA GNOSTICA Y PROHIBISTE CIERTOS LIBROS DENTRO DE TU INSTITUCION, TRAICIONASTE A LA MAESTRA LITELANTES A SU HIJA Y TE ABRISTE ....NO SOS TAN SAMALEANO COMO CONTAS. PROHIBISTE EL POSCLA, EL CRISTO SOCIAL Y OTROS TITULOS CREASTE UNA INSTITUCION A TU ANTOJO, NO A LOS DESIGNOS DEL AVATARA. NO MIENTAS
ACA LO TENES A SAMAEL DESMINTIENDO TODO LO QUE DECIS DE LA IGCU.


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